En Finca la Esperanza el 80% de su café es recolectado por mujeres vecinas las que con mucho cuidado desinfectan cada día los canastos de cosecha, seleccionan cada grano observando su punto de maduración y así seleccionar e identificar los frutos con la madurez óptima según los cambios morfológicos, fisiológicos y bioquímicos.
Una de las prácticas de mucha importancia para garantizar que los granos de café mantengan su composición organoléptica y aséptica es que nunca toquen el suelo en ningún momento del proceso desde el traslado, cosecha etc.
A la hora de cosechar, cada micro lote es muy normal que otros granos se desprendan de la bandola, por lo que son separadas en el momento, para asegurar la calidad y la mitigación de defectos en el café.